Desde 1985, el Árbol Gallo se ha vuelto tradición para un pueblo que aparentemente no cuestiona su realidad. Al igual que Xelafer, ambos eventos exponen a menores de edad a publicidad expícita de bebidas alcohólicas.
A continuación cuestionaremos un poco estas tradiciones.
Árbol Gallo, una tradición «familiar»
Una enorme muchedumbre y decenas de vendedores ambulantes, así resumiría esta tradicón llamada El Festival Árbol Gallo. La atracción principal es un árbol de 40 metros de alto, adornado por un con el logo de Cerveza Gallo en la cúspide.
Hasta ahora, este festival se celebra en 33 ubicaicones en todo el territorio guatemalteco. teniendo apoyo de las diferentes municipalidades y Policía Nacional Civil
¿El problema?
Por supuesto nada es gratis, sus eventos de cierta manera deben ser redituables. Su retorno sobre su inversión se verá reflejado en las ventas que genera este tipo de publicidad disfrazada. Pero, ¿a qué costo? Quizás debamos preguntarnos esto, cuál es el costo de obtener un poco de alegría navideña, qué precio pagarán los futuros adultos si no nos cuestionamos.
Publicidad disfrazada
Esta festividad no es un simple festejo en Guatemala, se ha convertido en un evento nacional, una tradicón familiar que muchos adultos y niños esperan. Esta estrategia publicitaria, crear tradiciones a partir de una marca/producto es algo que se hace comunmente con grandes marcas: recordemos los anuncios de Coca Cola con santa Claus y las cenas navideñas; o Pollo Campero con las luces campero (tradición que también se celebra anualmente), etc.
Xelafer, otro evento «familiar»
Llevaba 5 años queriendo asistir a este evento sin tener la voluntad necesaria, hasta que este 2019 decidí hacerlo. Al llegar al lugar, se nos hizo un cobro de parqueo de parte de la municipalidad. Quizás sólo sea que mi expectativa del evento era muy alta, o me dejé llevar por la publicidad en medios tradicionales, pero puedo decir que esperaba más de este evento.
Antes de entrar al evento, se observan -no menos de 8- gigantescas mantas publicitarias, de más de 10 metros de altura, con la famosa marca de cerveza y su logotipo. Puedo decir que es algo muy descarado, siendo un evento aparentemente familiar, y lo peor es que es apoyado y aprobado por la municipalidad de Quetzaltenango.
En cierta manera suena como un capítulo más de la aclamada serie de Netflix Black Mirror.
En un país con serios problemas sociales, las personas viven en un mundo ilusiorio, zombies, siendo complacidas con un poquito de felicidad navideña.
¿En Internet es igual?
La venta de publicidad a anunciantes es un negocio muy lucrativo en internet, siendo Google y Facebook los mayores exponentes y de las 10 empresas más valiosas a nivel mundial.
Con respecto a la pregunta anterior: NO. Las más grandes redes sociales y medios de venta de publicidad tienen estrictas políticas para anunciantes, las cuales restringen material ilegal, especialmente a menores de edad. Pero, ¿se podría extrapolar esto a la vida real?

A lo que vamos
Pero claro, el problema no es el alcohol, son las personas. Según la OMS 3 millones de muertes son causadas por el consumo nocivo de alcohol (fuente).
Esto podría sonar a una alegoría contra el consumo del alcohol. Realmente, cualquier persona es libre de hacer con su vida lo que le plazca, el problema viene cuando normalizamos actividades sin cuestionarnos qué hay detrás, qué consecuencias puede tener; qué costo tiene un ratito de alegría familiar.

El fin de este artículo no es demonizar el consumo del alcohol. Realmente ha sido algo natural el consumo de este tipo de sustancias a lo largo de la historia del ser humano, sin obviar culturas. El fin es cuestionarnos hastá qué punto llegamos a normalizar actividades sólo por el hecho de que se nos vende la idea de ser familiar.
Quizás sólo sea que los humanos somos estúpidos por naturaleza, o tal vez sólo sea que la misma inteligencia con que nos cuestianamos todo requiera disipar nuestros problemas. Probablemente sólo nos haga falta cuestionarnos un poco más.